HABLANDO DE INSPIRACIÓN

Éramos seis dragones con una misión, cabsha o muerte! gritábamos, Oh juremos con cabsha morir! coreábamos.
Atacando a esos bellos rebeldes, llegamos a la casa verde bulo, donde nos colgamos festejando y brindando. Con el sabor del comunismo en la boca, tratamos de olvidarnos del futuro.
Buscando un bosque para mear y viendo que era un buen momento para huir llegué a la triste conclusión de que el pensamiento es la autopista a la tristeza, siempre queda algún cabsha entre los pelos y jamás se lo expliques en la primera cita.