METÓDICO

Temprano, más de lo que alguna vez me hubiese imaginado posible, trato de despabilarme, en el Etusa, acurrucado para no llegar tarde y poder desayunar e informarme durante una hora, convocar a Mónica durante la siguiente, disfrutar de un buen libro con un buen mate y algo de música, para dar comienzo a las más diversas aseveraciones de las más diversas latitudes. Tal vez comer algo, o hablar con “la mama” un rato, más si es el “sábalo”. Ver un rato la caja boba o una buena white collar on line. Repasar un poco más y quizá una colgadita aquí y allí, para llegar al declive y el cierre de cortinas, no sin antes, o después, recibir a Hugo y poner la mejor cara de yo no fui. Como todo tiene un final, acá termina mi vida laboral día a día.