COMO LOS TECATOS

Nunca me sentí tan cerca del cielo, es que a veces uno se siente como en las nubes, como si pudiera tocarlas con solo estirar la mano, hoy me pasó. Y es algo que no solo no les ocurre a muchos, sino que a esos mismos pocos (poquísimos) nos pasa muy de vez en cuando. Y es justo ahí donde uno tiene que estar bien dispierto, para no ser caído del catre vio? Porque hay más de uno que cuando se baje de la higuera no va a quedar nada, pero nada de nada he! Y ahí sí lo quiero ver! Duro como gato de yeso, quieto como perro en bote, sin saber para donde rajar, pa´ donde apuntar el sulqui.

En ese momento y como quién no quiere le cosa, me va a querer seguir como pedo en sobretodo, pero a mí con el caballo cansado y la cola entre las patas no me van a correr! De una le voy a parar el carro, por más que venga como tren sin luz yo le pongo el pecho a las balas y soy capaz de pedirle peras al olmo antes que rendirme y que me pasen por arriba como chichón del suelo.

Para no andar con rodeos lo encaro como toro al matadero y le digo: “Loco, queré faso?”