PAZ

Es cuasi imposible no pederse en Potosí.

Pero peor es estar en La Paz y no saber que hacer.

Lo que quieras, lo que pinte, desde tabaco barato, pasando por frutas exóticas hermosas, hasta san pedro en la calle de las brujas o lo que sea en 4 o 5 idiomas diferentes.

Todo, todo hay, todo se comercia, todo se vende sin grandes inhibiciones de parte del ente regulador.

Perfecto.

El paraíso.

El infierno para el hombre sin rumbo ni objetivo.

Prestancia perfecta para la cholita que encuentra en el turista su saciedad ideológica y mucho más.

Aunque no siempre llegue a concretarse, gracias a alguna terrible e implacable hermaprima que hizo imposible lo más probable.

Verdad, verdad incontenible de la calle, calle en la que no sobrevive cualquiera y menos 12 años. Cultura, historia y realidad más allá de lo vidente.

Caminar, keep walking por sendas desconocidas pero hermosas e igualmente patéticas, nunca se sabe… capas… lo mejor está por venir… siempre.

Algún día, quizá, nos encuentre la vida de viaje…