EL ALFIL

Él era malo, más que malo, picante hospital.

Paseaba por burzaco a las 5 AM bajando buitres con su gomera a repetición. Un borracho orgulloso de su playera, maldito fumador melancólico. El Pagani de los fuegos, su cara de culo cultivada por años en terapia de bares. Menos prejuicios que TED, es que cada uno tiene su cuota de miseria, sumado a su inacción poética, era contrabandista de frases.

La peor combinación, ebrio y desesperado. Debe mil años de encierro, pero, quién se atreve a cobrárselos?

Es que quién está a punto de morir definitivamente está mejor que quién resigna vivir.


Qué protagonismo la del inconsciente, a pesar de ser sujeto tácito.