GAJES DEL VIAJERO

Tres de la tarde y detonado!

Lo bueno de perderse en un estado de viaje es que lo único que hay que hacer es buscar gente extraña, o gente que aloja gente.

Pero si uno realmente quiere perderse, puede disfrutar de cosas tales como oír a un lobo diciéndole a la luna que no todos éramos tan perfectos o sentir ese olorcito a popular en el ambiente. Participar de rituales con ceremonias rítmicas junto con conejos más ardillosos y estresado de tanto jugar, ver un japonés muy guaraní tratando de arreglar su espiroqueta cuántica de gritos.

A veces, la verdad es relativa, procuró decirme un grillo con megáfono, algo así como space jam pero al vesre, agrega.

Escapar a la libertad, o al menos a una playa de estacionamiento nudista, donde el ocio sea remunerado y a nadie le importe ser tapados por culos.

Pará! Pará! Me olvidé dónde estábamos!

IMPILOTIABLE…


Caballeros, yo no respondo por ésta locura.